viernes, 5 de diciembre de 2014

Juan Antonio Herranz Cabrero. Miembro del comité del PCE en Madrid y Secretario General de CCOO en Parla

Fui guardaespaldas de Carrillo en la 2ª Feria del PCE en la Casa de Campo”

Nació en 1941, Madrid, donde siempre ha vivido. Desde muy joven fue testigo de la represión  que sufrieron los vencidos de la guerra civil. Testigo directo de discrepancias vecinales a su familia en consecuencia de la inclinación política. Poco a poco fue adquiriendo conciencia política y entró en el Partido Comunista desde la universidad, llegó a conocer a Santiago Carrillo al poco tiempo de su vuelta.

Decidió  estudiar ingeniería aeronáutica, se licenció y no tardó en encontrar  trabajo en Construcciones aeronáuticas. Juan Antonio y sus compañeros, no contaban con las condiciones de trabajo más adecuadas, por lo que decidieron ponerse de acuerdo para protestar  y luchar por condiciones más dignas.

"Con el paso de los años, uno deja de ser radical"


Durante ocho años fue delegado sindical de CC.OO en Construcciones Aeronáuticas. En 1974 fue despedido  por agitador de masas y revolucionario, posteriormente fue readmitido, en parte gracias a la presión de sus compañeros. Cuenta que por vocación, fue  secretario General de CC.OO. en Parla durante seis años, había formado parte del PCE en la clandestinidad, era alguien extrovertido e informado de las condiciones políticas.

Formó su familia y decidió dejar de lado la política. Hace varios años, al jubilarse, se hizo voluntario de los Servicios Sociales de Fuenlabrada para continuar ayudando a la gente pero de distinto modo. Actualmente está afiliado a Podemos, con el cual se siente muy identificado.




Pregunta.- ¿Cuándo fue el momento que decidió entrar en la política? ¿Cuál fue su iniciación?

Respuesta.- Me inicié a los 21 años, compartía ideas políticas con camaradas de la facultad. Recuerdo el momento que Adolfo Piñedo, ahora senador del PSOE, hacia un meeting sobre las huelgas en Madrid de la época. Reclamaron a alguien de construcciones aeronáuticas y subí a la plataforma en el patio, delante  de 2000 estudiantes, para recordar la función de teatro que nos iba a ayudar a recaudar fondos. Trabajaba en Zanusi y mi idea principal era opositar a inspector de policía pero no pude hacerlo porque mi padre perteneció a la zona roja. Por ello sentí que era necesario luchar por los derechos de los trabajadores y ciudadanos.

P.- ¿Cómo era la financiación y organización del PCE en la clandestinidad?

R.- Las cajas de resistencia eran nuestro método de financiación, recaudábamos dinero de la gente empatizada. Llegue a tener bolsas llenas de dinero en casa pero todo el dinero fue para la agrupación, a pesar de la tentación que me planteaba mi exmujer. En cuanto a la organización, todos teníamos un nombre de guerra, yo era El Cali. Montábamos una coartada por si nos detenían y las reuniones las llevábamos a cabo en pisos francos. Toda la actividad de CCOO en construcciones aeronáuticas tuvo sus frutos, conseguimos un salario digno en el sector industrial, fuimos a huelga.

P.- ¿Cuál era la situación del partido en la clandestinidad? ¿Cómo ejercía su actividad política?

R.- La clandestinidad nos llevaba a reunirnos clandestinamente en explanadas perdidas. Los pósters que pegábamos eran el método para promover la lucha. Antes de yo nacer, en construcciones aeronáuticas, cogieron a un grupo de comunistas y los fusilaron en la parte de atrás, había mucho miedo en la época por las represalias.

P.- ¿Qué tipo de represalias llegó a sufrir usted y miembros del partido?

R.- Tengo muchos recuerdos. Me han abierto la cabeza varias veces en mi vida a porrazos. Mis compañeros sufrieron por mí represiones, la policía preguntaba por mí como el Cali y mis compañeros negaban conocerme, a uno le dieron una paliza y otro se autolesionó con un radiador. Me tenía que esconder en el maletero del coche para entrar en el trabajo. Otro tipo de represalia fue la colocación de un infiltrado para vigilar que no pegara carteles.

P.- ¿Qué anécdota recuerda con más ahínco de su trayectoria política?

R.- Recuerdo que nos reunimos en un piso franco de la Ventilla para preparar el Otoño Caliente. El otoño caliente consiste en cocer las condiciones de una huelga general, entre otros casos. Nos encontrábamos; el secretario general de CCOO, Fidel Alonso Plaza; Adolfo Piñedo, la viuda del camarada Tougliatti, un redactor de la Humanidad, otro de la Unitat; Macario Borja, secretario general de construcción en Madrid; Nicolás Sartorius y Ramón Tamames, economistas y la hermana de Manuel Fraga, considerada por su hermano la oveja negra de la familia. Mi presencia no gustaba a Adolfo Piñedo pero al quedarnos encerrados en el ascensor y yo abrir la puerta con una tarjeta, salve la situación y me pidió disculpas. También fui guardaespaldas de Carrillo en una feria del partido.

P.- ¿Cree que podría ser factible una revolución en la actualidad?

R.- Lenin decía cuanto peor, mejor, porque se crean las condiciones de una revolución. Pero en estos momentos es difícil. Aún con la crisis que sufrimos, no es la situación idónea para un cambio radical en la política, no existe la desesperación total todavía. Los sitios de ocio están llenos y mucha gente no es consciente de la realidad.

P.- ¿Cuál fue el momento que decidió apartarse de la política?

R.- El último año que trabajaba en construcciones aeronáuticas sentía que era un grano para muchos, quedaba un año para que me jubilara. Pertenecía al sector crítico y no compartía la ideología de CCOO. Proponían por ejemplo la subcontratación como garantía de empleo y me negué rotundamente porque crearía pobreza y desigualdad, hasta el punto de llamarles traidores en mítines con CGT. Me trasladé a Illescas ya que me hacían el vacío y me quitaban los carteles que pegaba. Me afilié a CGT en 1995 (Rama de CNT) porque tenía los principios de lucha que tenía CCOO en sus orígenes.

P.- ¿Qué cambio social se asemejaría a su pensamiento teniendo en cuenta a la sociedad actual?
R.- Creo que el cambio está en la formación Podemos, aglutinan a gente desengañada de la realidad que antes no votaba.

P.- ¿Cree que Podemos es una alternativa real de poder contra el bipartidismo? ¿Es verídico su discurso?

R.- Claro que sí, no es una utopía puesto que crean la política desde la base hacia arriba, su método es la participación ciudadana. Quieren abolir la sobreautonomización de los políticos, puesto que han perdido la credibilidad. Pablo Iglesias es un hombre con las ideas muy claras y con gran transparencia. Creo que tienen la mentalidad que tenía CCOO en sus orígenes.

P.- ¿Qué opina de un tremendo caso de corrupción como el de las tarjetas Black?

R.- Es el ejemplo que muestra la corrupción que existe en España. Que desprestigia a la política de este país. Conozco a Moran Santín, que fue miembro del PCE, pero lo traicionó robando dinero de las cajas de resistencia y fue expulsado. Rodolfo Benito y Juanjo Azcona son otros dos implicados en el caso, gente vendida.  

Entrevista complementaria al encuentro transcrito con Juan Antonio. Quien se exime, en este caso, a contestar sobre su detención en 1974, cuando el Caudillo, debilitado, aún seguía en vida.


P.- Según comentaste, tu sueño de pequeño era ser policía. ¿El trato y la institucionalización del cuerpo de seguridad en aquel momento le llevó a no querer serlo?

R.- No fue por el trato, fue porque no aprobaba los exámenes a pesar de que yo pensaba que los tenía correctamente, pero no era casualidad, mi padre estaba en el bando republicano.

P.- ¿Cómo viviste tu niñez en el franquismo? A parte de la represión, ¿recuerdas algún aspecto a destacar que en la actualidad tenga gran contraste social?, en comparación a aquella época.

R.- Había mucho miedo por parte de la gente, tanto a la represión como a situaciones económicas fatales. Hoy, sobretodo la gente mayor, no han terminado de perder ese miedo. Algunos recuerdos son para toda la vida.

P.- ¿Qué opinabas de la escisión del Partido Comunista en 1964? Cuando la política de Carrillo creó la división del partido entre el PCE y el PCE (marxista leninista)

R.- Creo que no se entendió el discurso del eurocomunismo, hoy entiendo mejor lo que Carrillo quería. Su voluntad era desmitificar el comunismo y de alguna manera, hacer lo que hoy está haciendo Pablo Iglesias. Nosotros somos los de abajo, con ese mensaje se une a todos los que estén de acuerdo con un proyecto, no solamente a gente de izquierdas.

P.- Viste en CCOO la sucesión en tu carrera política a partir de 1975, ¿Por qué no siguió con la normativa del PCE?

R.- En esa época entró mucho infiltrado que fue deteriorando tanto al Partido como al Sindicato. La gente del Partido era crítica con Carrillo, porque dijo que había que dar un giro hacia otras posiciones en la política sindical y los líderes sindicales de aquel momento, se pusieron en contra.  El sindicato empezó a perder fuerza porque los líderes sindicales se pasaron a los ayuntamientos dejando un vacío que lo ocuparon los trepas, por eso está el sindicato ahora mismo como está, no representa a los trabajadores, y más aún cuando está sostenido con la financiación de los gobiernos de turno.

P.- ¿Cuándo fuiste guardaespaldas de Santiago Carrillo en la feria del PCE? ¿Qué relación tenías con él y qué recuerdas de aquel momento?
R.- En 1978, en la 2ª fiesta que se hizo en la Casa de Campo. La relación que tuve con él fue muy cordial, éramos más de uno y con todos tuvo un trato muy bueno, fueron momentos muy emocionantes.

P.- Las reuniones, como comentaste, eran clandestinamente y en explanadas. ¿Podrías ser más concreto con la organización del partido aquel momento? Si recuerdas algún lugar en concreto, alguna metodología que se empleara que aún no se haya revelado o cualquier sistema que tuvierais programado para comunicaros y organizaros.

R.- Al principio nos reuníamos en el campo. El río Alberche pasaba muy cerca allí. Más tarde yo puse a disposición de la célula de C A S A mi piso, que todavía no utilizaba, a disposición del Partido, en Parla. Antes de cada reunión se estudiaba todo el grumo una coartada unánime, en la que no pudiéramos ser descubiertos.

P.- ¿Se ha modificado su pensamiento político con el paso del tiempo? Es decir, de una izquierda radical a una determinada moderación. Podría describir, si fuera así, como ha ido cambiando y por qué sus ideales políticos.

R.- Mis ideales políticos siguen intactos, pero con el paso de los años sí que es verdad, que uno ya no es tan radical. Desencanto, frustración, abandono... no obstante, hoy me siento un hombre nuevo desde que ingrese en las filas de Podemos. Se ha abierto un panorama distinto que me tiene ilusionado.